Pruebas Vestibulares
¿Qué son las Pruebas del Equilibrio?
Las pruebas del equilibrio constituyen una serie de evaluaciones destinadas a diagnosticar trastornos del equilibrio, enfermedades que puede generar sensaciones de mareo o inestabilidad. El mareo puede manifestarse de diversas maneras, como vértigo (sensación de giro), sensación de caída, mareo general o la percepción de desmayo.
Los trastornos del equilibrio abarcan desde leves a severos, pudiendo afectar actividades cotidianas como caminar, subir escaleras u otras tareas diarias. Aunque pueden afectar a cualquier edad, son más frecuentes en personas mayores, siendo una causa significativa de caídas en este grupo demográfico.
La calidad del equilibrio depende de la correcta recepción de señales por parte del cerebro, provenientes de los oídos, ojos, músculos y sensores táctiles de las piernas. Cualquier alteración en estas señales puede desencadenar mareos y otros síntomas. El sistema vestibular, ubicado en el oído interno y encargado de controlar el equilibrio, juega un papel crucial. Este sistema cuenta con órganos especiales llenos de líquido y sensores que emiten señales al cerebro sobre la posición y movimiento de la cabeza al desplazarse.
Diversas condiciones, como problemas en el oído interno, lesiones en la cabeza, ciertos medicamentos o enfermedades médicas, pueden desencadenar trastornos del equilibrio. También se asocian a problemas de visión, enfermedades cardíacas, trastornos vasculares, migrañas y artritis.
Las pruebas del equilibrio permiten identificar la causa de los problemas de equilibrio, facilitando así la aplicación del tratamiento adecuado para mejorar la estabilidad y prevenir caídas.
¿Para qué sirven las pruebas vestibulares?
Estas pruebas son fundamentales para determinar la causa de los problemas de equilibrio y garantizar un tratamiento adecuado para prevenir caídas. Existen varios trastornos del equilibrio, entre ellos:
- Vértigo Posicional Paroxístico Benigno (VPPB): Común en adultos, provoca sensación de giro al mover la cabeza de cierta manera debido a desplazamiento de partículas en el oído interno.
- Laberintitis: Puede causar mareos y pérdida temporal de audición debido a la irritación e inflamación del oído interno, generalmente asociada a resfriados o gripes.
- Enfermedad de Ménière: Se caracteriza por mareos, pérdida de audición, tinnitus y sensación de plenitud en los oídos debido a la acumulación de líquido en el sistema vestibular.
- Neuritis Vestibular: Inflamación en el oído interno que genera síntomas como náuseas y vértigo, generalmente causada por un virus.
- Fístula Perilinfática: Filtración de líquido del oído interno al oído medio, provocando inestabilidad, mareos y náuseas, con síntomas agravados por la actividad.
¿Por qué necesito una prueba del equilibrio?
Si experimenta síntomas como mareos, vértigo, sensación de caída, tambaleo al caminar, visión borrosa o confusión, podría ser necesario someterse a pruebas del equilibrio. Personas mayores de 65 años pueden ser evaluadas incluso sin síntomas para evaluar el riesgo de caídas y realizar ajustes si es necesario.
¿Qué ocurre durante una prueba del equilibrio?
Diagnosticar trastornos del equilibrio puede requerir varias pruebas, como:
- Videonistagmografía (VNG)
- Video Head Impulse Test (vHIT)
- Potencial Vestibular Miogénico Evocados (PVME)
Además, pruebas de audición y de imagen de cabeza y cerebro pueden ser necesarias.
¿Debo hacer algo para prepararme para las pruebas del equilibrio?
Se recomienda vestir ropa cómoda y suelta. Dependiendo de la prueba, podría ser necesario evitar ciertos alimentos o medicamentos antes del examen, aunque nunca debe suspender medicamentos sin previa consulta.
¿Tienen algún riesgo las pruebas del equilibrio?
Algunas pruebas pueden causar mareos o náuseas temporales, por lo que es aconsejable coordinar transporte para el regreso a casa si los síntomas persisten.
¿Qué significan los resultados?
En caso de detectar un trastorno del equilibrio, podrían necesitarse más pruebas y tratamiento específico. Las opciones de tratamiento varían según el tipo de trastorno, desde maniobras de reposicionamiento hasta cambios en la dieta y medicamentos, dependiendo de la condición diagnosticada. En casos más graves, la terapia de reentrenamiento del equilibrio puede ser beneficiosa para reducir el riesgo de caídas.